Canon amplía una gama de impresoras destinadas al público profesional, con la versión más asequible de la gama.
Canon ha utilizado para sus impresoras de gama media alta, la misma filosofía que con las cámaras réflex. Utilizar estructuras similar aplicando a cada una de ellas un nivel de precisión y número de tintas distinto para abarcar todo el mercado posible. Además, también diferencia las gamas con la misma variación de nomenclatura utilizando para la gama superior unidades, la mediana con decenas y esta de gama inferior con el nombre de Pixma 100.
La instalación de esta impresora es sencilla y rápida y basta conectarla a un equipo a la red para tenerla a disposición del resto de equipos a través de toda la red, sea esta con o sin cables, en pocos minutos. Los controladores para Windows y OS X están también disponibles en la web por lo que no supone ningún problema instalar en un equipo sin DVD.
La Pixma 100 ofreció una velocidad algo lenta (160 segundos en una fotografía A4), aunque tampoco demasiado si se tiene en cuenta la calidad de la impresión. En ella se aprecia un tono continuo en el que resalta más el ruido de la foto que el punto de la impresión. Utiliza ocho tonos de tinta en cartuchos independientes para no desperdiciar tinta de ninguno. El tamaño máximo de impresión sin márgenes llega a documentos de tamaño hasta A3+, 33×48 cm.
Como ya hemos comentado, la Pixma 100 permite imprimir tanto conectada a un ordenador (y por supuesto compartida por este) como directamente conectada a una red ethernet o wifi siendo ideal para equipos de trabajo. Hemos podido probarla en equipos con OS X 10.7 y 10.8 y no ha habido ningún problema ni de instalación de controladores ni de impresión.
Como se trata de una impresora fotográfica, le la impresión de documentos se sigue comportando como si de fotografías se tratase y pesar de seleccionar el modo rápido la cosa lleva su tiempo y la calidad de los textos es excelente. Mucho mayor de lo que necesitemos.
Esta impresora incluye una bandeja para impresión de CDs y DVDs y aunque todavía hay los profesionales de que entregan o almacenan sus trabajos en estos soportes, la tendencia es a su desaparición más pronto que tarde por lo que resulta algo extraño este soporte.
Destinada claramente a profesionales, este es el nivel más accesible de una gama que, si bien no está al alcance de cualquier aficionado, tampoco es demasiado cara para los profesionales. La velocidad de impresión aceptable para fotografía y no para documentos unida a la calidad de impresión y la continuidad del tono así como la fidelidad de colores la convierten en una gran aliada para fotógrafos.