Cuanto compramos nuestra primera réflex normalmente empezamos ya a pensar con qué objetivo podemos mejorar nuestro equipo. Si hemos comprado un kit lo más probable es que el objetivo que hemos adquirido no tenga la misma calidad que el cuerpo y el sensor. Habituelmente esos kits tienen precios muy atractivos de forma que suele salir poco más caro comprar un kit que una cámara con cualquier objetivo y por eso tienen tanto éxito.
Si embargo no se suele tardar mucho en tener la sensación de que se nos queda corto y una de las primeras ampliaciones que nos planteamos termina siendo adquirir un objetivo nuevo.
El tipo de usuario que compra una cámara con su kit suele ser el principiante que probablemente no tiene acceso a objetivos demasiado caros por lo que las primeras miradas casi siempre se dirigen hacia un teleobjetivo de precio asequible. Todas las marcas tienen objetivos con distintas focales que pueden ser complemento perfecto al 18-55 del kit. Sin embargo existe una alternativa a estos teles que conviene tener en cuenta: los todoterreno.
El tipo de objetivo al que se suele llamar todoterreno es un rango bastante amplio ya que hay quien llama así sólo a objetivos que abarcan focales desde 18mm hasta 200, 250 o 270mm y hay quien ya llama todoterreno a un 24-105 o un 17-50. La realidad es que un 24 en un sensor FullFrame sí se puede considerar un angular y por lo tanto llamarle todo terreno también es acertado. Sin embargo de lo que quería hablar en este post es de los largos todoterrenos que son capaces de hacer fotos con objetivos APS-C con una calidad más que aceptable para la mayoría de usuarios (en la mayoría de los casos por encima de la del objetivo de kit) y además abarcar unas focales impresionantes. Como es lógico no se puede tener todo y como dice el refrán, «el que mucho abarca, poco aprieta». Este tipo de objetivos suelen flaquear en las focales más extremas y además no pueden, por pura física, tener grandes aperturas. La nitidez, como hemos dicho, no está tampoco a la altura de los objetivos de «alta calidad» pero en cualquier caso para el usuario aficionado puede ser más que suficiente en casi cualquier circunstancia.
Llevar un todoterreno es una gran idea si vamos a hacer fotos en exteriores en los que tengamos luz suficiente para poder utilizar diafragmas no muy abiertos y así poder sacar la máxima nitidez del objetivo sin tener que cargar con un equipo pesado. No hay que olvidar que tener en un mismo objetivo una focal 18mm y una 250mm nos permitirá hacer cualquier foto (siempre que la luminosidad nos lo permita.