En el post anterior hablamos de la parte más básica de las máscaras en Photoshop. En él vimos como comenzar a crear una selección y cómo modificarla de forma sencilla. Pero ahí nos quedamos. Cuando lo realmente potente de las máscaras es poder editarlas como si se tratase de una imagen. Para ello tenemos dos opciones: el modo de máscara rápida y la edición de canales nuevos.
El modo de máscara rápida
Si recordais, en el post anterior comentamos como hace unos años, en el retoque fotográfico se utilizaba a menudo el aerógrafo para pintar suavemente sobre las fotos reservando algunas zonas sin pintar. para ello se utilizaba un papel transparente que protegía la imagen por algunas zonas. Pues bien, el modo de máscara rápida representa de forma gráfica exactamente lo mismo. Vamos a verlo en la práctica. Para ello necesitamos una imagen en la que hayamos hecho una selección. Ya sabemos como hacerlo. Una vez hecha la selección pulsamos el botón de máscara rápida.
Lo que veremos en ese momento es nuestra foto cubierta por un velo de color semitransparente. Ese velo representa la máscara. Si queremos cambiar el color del velo podemos hacerlo con un doble clik en el botón de acceso al modo de máscara rápida. El motivo para necesitar cambiar ese color es obvio: que os tonos de nuestra foto coincidan con los del velo. Si queremos hacer una máscara sobre una escena vegetal no deberíamos utilizar una máscara verde.
Aunque en un principio puede resultar algo confuso comprender lo que estamos viendo, en seguida comprenderemos que lo que vemos velado es lo que estamos protegiendo y lo que vemos con su color normal es lo que la máscara protegerá. Para volver al modo de trabajo normal y poder editar lo seleccionado (o lo no enmascarado) basta con pulsar otra vez sobre el mismo botón de máscara rápida. Si queremos guardar una máscara podemos hacerlo mediante el menú Selección>Guardar selección. Allí podemos darle un nombre y acceder cuando queramos volver a utilizar la selección. Una vez guardada una selección nos parecerá en la ventana de canales bajo los canales rojo, verde y azul (o los canales del modo de color que estemos utilizando). Como el resto de canales, nuestra nueva máscara quedará representada por una imagen en escala de grises.
La potencia de 8 bits
Igual que al editar fotografías digitales, los programas dedican por lo menos 8 bits a cada canal (R,G,B) también dedican otros 8 bits al canal de las máscaras. Esto quiere decir que cada pixel de una máscara puede tener 256 tonos distintos. O lo que es lo mismo, 256 niveles de selección. Pensando en nuestra representación en escala de grises esto quiere decir que lo que en ella vemos negro estaría completamente enmascarado y lo que vemos blanco quedaría expuesto. Pero toda esa gama de grises serían pixeles que quedarían semi expuestos.
Esa exposición lo que nos permite es aplicar cualquier tipo de tratamiento sobre los pixeles seleccionados en mayor o menor medida. Es decir, podemos pintar la zona seleccionada, ajustar el tono, la saturación el contraste, etc.
Las posibilidades que se abren con este tipo de máscaras son infinitas ya que podemos hacer selecciones más precisas, más difusas, con todo tipo de formas y sobre todo, podemos editarlas como si se tratase de cualquier imagen en escala de grises. Sobre una máscara podemos dibujar, escribir, copiar y pegar, podemos utilizar una imagen como selección de otra.
De momento no vamos a complicar más este post. Ya tienes materia para practicar unos días. En poco tiempo continuamos con el tema.