Teniendo en cuenta mi trayectoria en marcas de cámara no soy sospechoso de ser un hooligan de las marcas pero si me gusta analizar las novedades y los éxitos de ventas de las distintas marcas y modelos. En este caso me ha llamado la atención que ya hay rumores un poco serios sobre la aparición de una nueva Canon DSLR de gama baja y ya es oficial la próxima aparición (en unos días) de una Sony de gama equivalente.

A la espera de poder ver efectivamente como sale cada una de ellas lo que más me llama la atención es el nivel de actualización o mejora de cada una de ellas con respecto a sus antecesoras.

La futura Canon EOS 700D de rumorea que traerá un sensor de 18mp, procesador DIGIC 5, 9 puntos de enfoque en cruz, ráfagas de 5 o 6 fps (según distintos rumores), grabación de vídeo en Full HD, ISO 100-25600, pantalla táctil y un novedoso objetivo de kit más silencioso en el enfoque pensado especialmente para vídeo. Es decir, prácticamente idéntica a la 650D pero con un objetivo nuevo. Dejando a un lado que el objetivo del kit es lo que es y que quien quiere sacar el 100% de estas cámaras debe reemplazarlo por un objetivo de mayor calidad, parece que una vez más, Canon renueva sus cámaras con ligeras mejoras (no siempre) que no está claro si justifican el aumento de precio.

En el caso de Sony sucede algo parecido (aunque en mi opinión no tan exagerado). La nueva a58 anunciada llevará un sensor de 20Mp, procesador BIONZ, 15 puntos de enfoque, ráfagas de 5fps, grabación de vídeo en FullHD con hasta 50 – 60 fps y el mismo ISO 100- 25600. Las mejoras son un aumento en la resolución del sensor (con respecto a la a57), la incorporación de una pantalla OLED en el visor electrónico (no olvidar que Sony apuesta por visores de electrónicos) y mejoras en la estabilización incluida en el cuerpo.

No tardarán en aparecer los fanáticos de las marcas afirmando que las mejoras de «su» marca son increíbles y que las de los demás son ridículas. Allá cada uno. Sin embargo lo que me ha llamado la atención es ver como esos rumores apuntan a un precio de unos 900$ en la Canon y unos 600$ en la Sony. A la espera de comprobar el precio oficial (y el real en las tiendas) de una y otra cámara, creo que hay que ser un auténtico «fanboy» para ni plantearse ni siquiera acercarse a una tienda a probar el modelo de Sony.

Y si os gusta grabar vídeo… caeréis 😉