Ayer tuve una miniconversación a través de Twitter (con algo más de 140 caracteres) en la que «discutimos» sobre el ruido en la fotografía. La conversación fue entre tres partes y una de ellas sentencian diciendo algo como: «Si no quieres ruido, no subas el ISO». Asi de tajante. No hace falta que diga (pero lo digo) que no estoy en absoluto de acuerdo con esa frase ya que hay muchas formas de evitar el ruido antes, durante y después de hacer una foto. Sin embargo me ha servido como excusa para escribir este post y hablar un poco de las alternativas a subir el ruido. Para hacerlo voy a comenzar hablando del triángulo de la exposición (o la otra regla de los rtes tercios).
Cuando hacemos una fotografía capturamos mediante nuestra cámara la luz que los objetos reflejan. El rebote de esa luz que llega a nuestra cámara es lo que termina impresionando nuestro sensor y quedando guardado en la tarjeta de memoria. Si quieres una explicación más sencilla sobre esto mismo, puedes encontrar una en el artículo «¿Cómo llenar un vaso de agua?». Para poder hacer una foto correctamente expuesta (como a nosotros nos guste) es necesario que a nuestro sensor le llegue la cantidad de luz suficiente. Aunque en muchas situaciones (por ejemplo escenas a la luz del sol) no tendremos que hacer ningún esfuerzo para conseguir «capturar» la luz, en otras ocasiones no será tan sencillo.
Iluminación natural
Posiblemente te hayas encontrado más de una vez con que has querido hacer una fotografía en un interior y no había la luz suficiente. Solución sencilla: utilizo el flash. El resultado normalmente es desastroso. En el siguiente ejemplo vemos una escena tal y como era en realidad y tal como queda en una fotografía hecha con el flash incorporado de la cámara. Obviamente os resultados son muy diferentes.
Seguramente estemos de acuerdo en que la versión hecha con la luz «natural» y llamo natural a la que había en ese entorno en ese momento, queda mucho más atractiva y agradable. El único inconveniente es que no siempre la luz «natural» es lo suficientemente fuerte como para poder trabajar con valores adecuados para conseguir una exposición correcta. Y ahí es donde comienza la discusión que tuve ayer.
Por supuesto que en el caso de trabajar en condiciones de luz adecuadas, nadie duda que la mejor opción es no subir el ISO y ahora explicaremos por qué pero si las condiciones no son tan buenas la cosa cambia.
La alternativa profesional es conseguir una iluminación que teniendo la potencia suficiente, tenga el atractivo de la iluminación natural pero eso puede resultar complejo y costoso para la mayoría de usuarios de nivel aficionado.
Si te encuentras entre ese grupo pero no quieres renunciar a una fotografía con la estética que tu elijas y prefieres no hacer la foto que hacerla con flash, lo que vamos a comentar va dirigido a ti.
El triángulo de la exposición
Cuando hacemos una fotografía, la exposición (tanto si es correcta como si no) se ve afectada por tres factores (de ahí lo del triángulo): la apertura del diafragma, la velocidad de obturación y el ISO.
La apertura del diafragma permite hacer más grande el agujero por el que entra la luz. Cuanto mayor la apertura (menor el número f) más luz entra a nuestro sensor. Abrir el diafragma todo lo posible es una buena opción si tenemos escasez de luz. Tiene como consecuencia el acortamiento de la profundidad de campo pero eso lejos de ser un problema puede llegar a ser una ventaja en según que fotografías. Únicamente debemos prestar atención al enfoque para que no nos quede desenfocado el punto que queramos destacar.
La velocidad de obturación nos permite exponer el sensor durante más tiempo. De esa forma podemos hacer fotografías con poca luz a base de alargar el tiempo en que cada pixel de nuestro sensor tiene para «absorber» esa información o esa luz. Esta opción también es muy buena cuando tenemos poca luz. Sin embargo tiene sus condiciones. Si realizamos una exposición más larga necesitaremos una mayor estabilidad tanto para la cámara como para el sujeto. Para la cámara la podemos conseguir con un trípode pero en el caso del sujeto puede resultar imposible. Incluso para la cámara, en determinadas situaciones también. En la conversación que he mencionado antes, se mostró como ejemplo una imagen tomada durante una procesión religiosa. En un entorno así, es imposible tanto mantener al sujeto inmóvil como la cámara.
Subir el ISO significa literalmente amplificar la señal capturada por la cámara. es decir, cuando ya hemos abierto el diafragma todo lo posible y bajado la velocidad de obturación hasta el límite, amplificamos la información que nos llegue. Y como si de una radio mal sintonizada se tratase, al amplificar una señal que no es suficiente, lo que obtenemos es la señal aumentada y el maldito ruido. Ya he mencionado que por supuesto me parece que es la última de las alternativas pero siempre he defendido que como último recurso debemos hacer uso de él siempre que las circunstancias lo requieran.
Conclusión
La conclusión que saco cada vez que le doy vueltas a este tema es que siempre que podamos bajemos el ISO al mínimo. Si tenemos poca luz abramos nuestro diafragma lo más posible. Si aún así no nos llega bajemos la velocidad de obturación hasta donde nuestro pulso, el estabilizador de nuestra cámara o de nuestro objetivo nos lo permitan, utilicemos trípodes y le pidamos a nuestro sujeto que esté muy quieto,… y si ni aún así podemos hacer una foto bien expuesta, subamos el ISO.
En muchas ocasiones he oído y leído a gente decir que nunca hacen fotos por encima de ISO 800. Otros van más allá y dicen que nunca por encima de ISO 3200. Es igual. Mi teoría es que lo incorrecto de esas frases no es el número ISO sino la palabra nunca. En mi opinión es preferible no subir el ISO más allá de donde sepamos que nuestra cámara no se comporta con la calidad suficiente. Pero eso: preferible. Si no tenemos luz suficiente y no podemos estabilidad el sujeto, SIEMPRE será mejor hacer una foto con mucho ruido que no hacerla. A fin de cuentas, si la hacemos y no nos gusta SIEMPRE podemos borrarla en el ordenador.
Y una cosa más, en función del tamaño al que vayamos a utilizar la fotografía, es posible que incluso ese ruido desaparezca.